jueves, 27 de junio de 2013

Dirty Beaches - Drifters/Love Is The Devil

Dirty Beaches ha sacado nuevo disco hace unas semanas y, si bien no habíamos oído hablar antes de este artista, este nuevo trabajo ha dejado huella en la central marsupial.

La música de este trotamundos canadiense nacido en Taiwan  (ha vivido en más de 10 ciudades, entre las cuales están Nueva York, Berlín, Shanghai, Montreal o Taipei) combina en este último disco dos vertientes muy distintas. La primera corresponde a la de la vida nocturna de ciudades industrializadas con un rollo a lo futuro distópico. Música acelerada con un aire muy garagero. La música que se oiría en las discotecas de las ciudades descritas en Blade Runner.


Es esta parte (la que corresponde a Drifters) la que más nos recuerda a su aclamado trabajo anterior Badlands (2011). (Os dejo aquí la canción True Blue, de su anterior LP).

Canciones como Night Walk o I Dream On Neon, así como Casino Lisboa se acercan más a la música de  club, con algunos retazos industriales de la new wave ochentera. 


Dirty Beaches - Casino Lisboa



La segunda mitad del disco se titula Love is The Devil, en la que para mi es la parte más interesante del disco. Hungtai nos lleva aquí a terrenos mucho más oscuros. Canciones como This Is Not My City o Greyhound At Night, donde se mezcla la música ambiente con un jazz casi fúnebre, evocan escenas de terror o putrefacción. Una descripción de la desesperación a cámara lenta. Una auténtica pasada!

Dirty Beaches - Greyhound At Night


En la canción Love is The Devil la música se transforma en una melodía relajante y a la vez angustiosa, así como en I don't know how to find my way back to you. Triste pero bellísimo.


Dirty Beaches - Love Is The Devil




En Alone At The Danube River y Like The Ocean We Part es una guitarra la que lleva la dirección de la melodía. Suena como si los chicos de Interpol se hubieran enganchado a la heroína.

Dirty Beaches - Alone At The Danube River



El disco acaba con la genial Berlín, donde Hungtai nos intenta transmitir la atmósfera que respiró en su larga época en la capital alemana. Lo que respiró,  lo que se fumó, y lo que se pinchó. Me recuerda a la canción Neuköln (Heroes, 1977) de Bowie, perteneciente a la famosa trilogía también titulada Berlin.

Para mi este tío ha sido un enorme descubrimiento. Pura inspiración. El marsupio se quita el sombrero!

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